domingo, 20 de enero de 2013
Espejos Paralelos
Somos seres de momentos, epocas que marcan nuestras vidas, nuestras decisiones. ¿Seriamos los mismos si hubiesemos nacido 10 años despues?, ¿tomariamos las mismas decisiones? y por sobre todo ¿seriamos en esencia la misma persona?.
Viajar en la mente es fácil, te posicionas, lo sueñas, creas una vida paralela. Verse a un espejo y disminuir el paso del tiempo. ¿Será la misma música de hoy, la que en ese reflejo logre erizar los vellos de los brazo?
cuantos mundos paralelos, cuantas vidas son impactadas con nuestro existir... Si en ese reflejo hubiese preferido una dirección un camino distinto, si a las personas con las cuales me rodeo no les hubiese dado importancia... ¿ese otro sería yo?
el reflejo del espejo es traicionero... y mi imaginación juega con él. Si hubiese nacido diez años despues ¿Quien sería yo?.
La respuesta es simple, porque soy la suma de las coincidencias de mi existencia, el respirar, el contacto con el aire, el ligero toque del viento... mi cuerpo en este mundo. Nunca otra existencia sería similar. El yo que hoy duda y escribe estas palabras, nunca podria ser igual.
Pero el reflejo del espejo sigue tentando, sigue llamando a la prohibiciòn de considerar una existencia paralela, donde soy el mismo y a la vez desigual.
un espacio similar, pero sin reglas, donde no se piensa en consecuencias. Donde no debo preocuparme por lo que esta bien o mal, sino lo que realmente puedo hacer por mi.
Rara vez doy cuenta de la sonrisa que el reflejo de aquel espejo paralelo me arroja, se que detrás de él, ese otro yo es tentador, ese otro yo tomó un camino distinto.
Ese otro yo tomó conciencia del momento, de la epoca y el lugar. Se subio a este tren impetuoso, rodeado de palabras, letras, música y soledad... pero no de la soledad individual, esta es compartida.
En ese mismo tren, en ese mismo carro va una mujer joven de sonrisa escondida, y le mira de reojo, le mira con pasión ciega y pasión silente. Mi yo del espejo se sienta junto a ella, le toma la mano y se alejan...
Se que él es feliz y el sabe que yo lo soy aquí, y no es raro que de vez en cuando el reflejo entre en mi vida y yo en la de él. Disfrutemos ambos de la vida del otro, y al despertar volvamos a nuestro respectivo lugar.
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