martes, 22 de enero de 2013

Confieso

Confieso, un momento de serenidad. Y si la palabra de por si tuviese sentido complejo, pero sentido al fin y al cabo.
Confieso, y asumo que antes he mentido. Y si por un acto de irracionalidad mi actuar se viera coartado. Mi confesión daría paso a la creencia de que partes de mis palabras y acciones estuviesen teñidas de mentiras o verdades mejores dichas...
Una mentira encubierta, una confesión mal hecha.
Confieso sobre tu cuerpo, sobre la sonrisa esquiva y tus grandes ojos marinos. Confieso sobre tu inteligencia y sensual individualidad selectiva...

Confieso mi sed de posesión poética y pasión anónima; confieso sobre mi mente en caos y el primitivo de los deseos.

La tinta se me escapa entre palabras, la sangre corre viva por mis venas, y dibujo y escribo con lápiz ligero.

Confieso por sobré todo la prisión que de tu existencia, mi pluma y hoja te hacen imaginaria e idílica, imposible musa de mil sueños masculinos y diez mil conversaciones ocultas y envidias siempre femeninas.


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