jueves, 27 de marzo de 2008

Exigencias:

Creo haber sido muy claro, no hubo mascaras en mis palabras, no usé algún tipo de escondite, no cambie de tono, ni siquiera le acompañe un ademán de manos. Fui transparente, tan claro como me fue posible serlo. Por supuesto que adorne mis palabras, les di color a sus mejillas, las vestí con ropas de seda, pero todas y cada una de ellas iban pulcras, paralelas y directas. Lo se porque yo mismo las dije porque de mis labios brotaron. Las tuve en mi mente por largo tiempo, comenzaron incipientes y vagas, recorrieron verdades, mentiras y estafas. Se encontraron con mis ideas danzando toda la noche con ellas.
Quizás se encontraban un tanto mareadas (Un viaje así, cansa a cualquiera) ¡Tal vez fue eso! Quizás no me di cuenta, por mucho que quisiera, cada una de ellas se encontraba teñida ¿Cómo pude ser tan tonto? ¿Cómo pude ser tan ingenuo?...
Ahora lo entiendo, ahora lo comprendo, ¡Maldita Cabeza, vil embustera! ¿Cómo pudiste engañarlas? ¿Cómo traicionaste mis palabras? ¡Ya lo decían con permiso! ¡Ya lo mencionaban en los libros!

Y ahora que es tarde, ahora que cada sol se esconde más temprano, que cada estrella reniega la noche ¡Ahora que mis latidos mueren en silencio! Ahora…

Ahora no hay nada, ni arrepentimientos, ni perdones ¡Guárdate tus canciones!, porque en sus coros encuentro más de ellas y hoy vuelven enloquecidas arrancando de vuelta.

¡Quien fuera culpable de adornar tu belleza! ¡Quien fuera cómplice del viento, que al rozar tus labios, un beso mío él te diera! Aquel fui yo, un triste embustero, un alegre camarada, un enamorado en celo, ¡La estaca en tu cama!... y ahora en cada palabra maltrecha, se esconden mil dagas traicioneras, dagas que una a una cayeron en mi espalda… y la sangre blanquecina e imaginaria llenaba tus manos ¡Dulces manos victoriosas que algún día consolaron a mi cuerpo!

¡Asesina, Asesina! Por cada palabra dicha mil saetas dirigidas, por cada pétalo de rosa: Cien promesas por siempre rotas!

Y hoy en mi silencio aún me persiguen, aún siguen dando vueltas… esperando ilusamente que algún día te comieras tu orgullo, y asi finalmente pidieses: perdón de nuevo.

sábado, 22 de marzo de 2008

A ti:

A ti:

Si tan sólo lo supieras, y aún así dudaría…

Al alero de mi propia cordura he sujetado firmemente este saco lleno de sentimientos, se entrelazan unos con otros y el resultado confundiría a cualquiera.

Deseo por sobre todo nunca más recurrir a ella; creo que es justo tan sólo por un momento colindar en un estado de desenfreno ¡Delicia de la locura! ¡Exquisita sensación que imbuye al cuerpo, y en escasos segundos: un grito rompe el aire, tan débil y tan certero que rebana en pequeños trozos atemporales, para finalmente libertar este monstruo prisionero.

Consejos tendría para cualquiera, dos palabras quizás de calma, veinticinco oraciones de consuelo y todo un diccionario de esperanza. ¿Verdad? No, esquiva seguridad sin descanso ¡Aseveración propia e irracional inviolable! Mentiras mejor dichas acicalan el sufrimiento. ¡Los labios mienten, los ojos engañan, las promesas confunden y las explicaciones faltan!

¿Serás tu quien responda por cada una de ellas? Pues por cada respuesta un corte menos, con dos de ellas una sonrisa ingenua, con tres una mirada aliviada, de cuatro en adelante quizás un nuevo comienzo ¿Ninguna respuesta? El abismo no queda muy lejos; corazón oscuro, corazón triste que en tus venas llenas al cuerpo cabizbajo, recorres mejor que nadie los sentimientos y en cada uno de tus latidos me reniegas de nuevo.

Tristes son las palabras complejas, porque no solas sino que abiertas suelen hilar frases enteras. He robado y privado al verbo de toda acción ¡Pues Claro que lo he hecho! ¿Acaso amar deber ser acción del cuerpo? ¿Acaso pensar debe ser acción de la mente? Puedo privar de orden, de conexión e incluso de significado, podría robarle a cada una de mis cartas ¡Claro que puedo! Y he de robarles toda noción de cariño, toda convicción de odio ¡Huérfanas! ¡Palabras bastardas sin padre! ¡Palabras vacías sin madre!

Y sólo quedaran mis manos, manos inquietas e intranquilas, dedos con vergüenza y sin penas que lograran vagar en vastos campos vírgenes y desconocidos. No habrán mapas que puedan guiar su camino, serán tristes exploradores privadas del gozo; serán solo recuerdos fértiles de la mente, remembranzas austeras de un amor perplejo y no podrás olvidarlas. Porque en el pasado buscaras sus viajes, porque en el presente se te perderán las letras, estarás destinada a buscar en el tiempo un reloj atrasado, una fecha extinta ¡Una historia incompleta!

Así te perderás como un fantasma en mi mente, como una quimera paralela ¡Como un deseo de la carne! Y será tan sólo en aquel único momento de locura, en aquel grito del cuerpo, en este saco de sentimientos rotos, que nuevamente en mi fugaz delirio… vuelvas a ser mía nuevamente